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Quince Preguntas Sobre el G.R.A.V.

1975

 

 Siete años después de la disolución del GRAV, una exposición retrospectiva fue organizada en Italia, y un libro tratando sobre el GRAV fue editado en el año de 1975. En ese libro, entre otras cosas, los ex miembros del GRAV dieron sus respuestas individuales a las preguntas formuladas por Luciano Caramel, organizador de la exposición.

He aquí las 15 preguntas de Caramel y las 15 respuestas de Le Parc.

 

Cuáles han sido para usted las razones más importantes que le han conducido con los demás co-fundadores a crear el GRAV en 1960.

 

Romper el aislamiento, buscar la confrontación permanente, compartir la aventura de la experimentación, intentar el trabajo colectivo, demostrar que se podía tener una actitud diferente de aquélla en la cual uno ha sido condicionado.

Cuál ha sido, según usted, su aportación específica más significativa a la actividad del GRAV entre 1960 y 1968.

Mi obstinación en empujar al grupo hacia realizaciones verdaderamente colectivas, tratando de alejarme de la idea de GRUPO = Adición de personalidades.

 

Cuáles han sido en el plano de su trabajo individual, las consecuencias principales de la actividad común en el seno del GRAV.

 

La confrontación, y una cierta emulación dentro del grupo, me daban elementos de apreciación más vastos y mi trabajo individual tuvo una evolución más activa.

 

Cuáles eran las criticas más importantes que dirigió al GRAV durante su existencia. Cuáles eran las diferencias más importantes entre su posición personal y la común al grupo.

 

Las críticas que dirigiría en común al GRAV durante su existencia.

Que no se hacía trabajo suficiente, que hacíamos pocas confrontaciones, que no poníamos suficiente imaginación y esfuerzos para las cosas colectivas, no había audacia suficiente, demasiado pocos riesgos, demasiado miedo al ridículo, demasiado respeto por convenciones, demasiada lentitud, el estar demasiado a menudo en retraso respecto a los acontecimientos.

Mis divergencias con las posiciones comunes al grupo no existían pues era solidario y desde el principio, con todas las actividades del grupo, de todas sus tomas de posición, de todos sus textos.

 

Cuáles han sido hoy, según usted, las razones reales de la disolución del GRAV. Cuál es hoy su parecer a propósito de la disolución en sí, de su desarrollo y de sus modalidades.

 

Las razones se han dado con el acta de disolución y con los textos de cuatro de sus miembros en 1968. Visto desde hoy, el GRAV, antes de la disolución, se había convertido en un peso muerto y alejado de la realidad.

 

En general, cuál es, actualmente, siete años después de su disolución, su juicio sobre el GRAV.

El mismo que expresé con ocasión de su disolución. Al margen de las apreciaciones superficiales de los críticos y los historiadores de arte, el GRAV ha sido, dentro del contexto social y dentro del medio cultural durante su existencia, una experiencia positiva (a pesar de sus contradicciones) que ha tenido sus prolongaciones luego.

Con referencia a la experiencia vivida en el interior del GRAV, cuáles han sido, según usted, los resultados más positivos del trabajo en común. Cuáles han sido las dificultades más importantes. Y sus principales limitaciones.

 

Los resultados más positivos han sido las tomas de posición escritas (Basta de mistificaciones, 1961 y 1963. Proposiciones generales, 1961, etc.) y, por otro lado, las realizaciones colectivas (laberintos, salas de juego, salidas a la calle, etc.).

Las dificultades más importantes. Conciliar los intereses individuales con el interés del grupo, componer para establecer un equilibrio entre las diferencias económicas de sus miembros, de disponibilidad, de voluntad para el trabajo en común, de invención, etc.

Las limitaciones principales. Verse inscrito dentro de una corriente estética y no haber podido directamente, ampliándose, obtener una toma de la realidad.

 

Cuál es, hoy en día, su juicio sobre el trabajo del grupo en general. Considera usted que sea necesario aún. En qué sentido. Dentro de qué limites. Con qué finalidad.

 

He tenido siempre fe en el trabajo de grupo. Es necesario para una confrontación, un intercambio, para una puesta en marcha de la capacidad de concepción, de realización, para llevar a cabo las investigaciones colectivas, y es necesario el trabajo en grupo sobre todo inscrito en la realidad y con la intención de cambiarla dentro del contexto social actual y sobre todo en nuestro medio. No se está en grupos cada vez que se desea y un trabajo de grupo no puede ser hecho individualmente. La finalidad inmediata en cada ocasión ha sido salir del aislamiento individual al cual nuestro medio nos obliga y en el cual se puede ser fácilmente manipulado por los poseedores del poder cultural.

 

Después de la disolución del GRAV en 1968, cuáles han sido las prolongaciones, dentro de su actividad, de la experiencia que usted ha tenido dentro del GRAV. En particular, usted ha realizado trabajos en común. De qué tipo. Con quién.

 

En el momento de la disolución del grupo yo decía: "a pesar de mi acuerdo con su disolución, yo creo más que nunca en una investigación colectiva...", dicho de otra manera, yo he estado de acuerdo en disolver el grupo para poder trabajar en grupo, pero no de forma exclusiva, pues he continuado mis investigaciones individuales. Pero después de la disolución del GRAV en 1968, hasta el momento, no he cesado de participar en investigaciones colectivas, sea para profundizar los análisis teóricos, sea para llevar a cabo investigaciones en común, sea para combatir las arbitrariedades del medio artístico, sea solidarizándome con la lucha de los pueblos latinoamericanos, etc. Hace ya siete años de esto y en este lapso de tiempo he hecho muchas más experiencias colectivas que durante los ocho años de existencia del GRAV. A mi pesar, dentro de esas innumerables actividades, investigaciones y realizaciones colectivas (es necesario decir que en la mayor parte de los casos la participación era anónima) no he encontrado a mis ex compañeros del GRAV más que una vez, pero desgraciadamente (4 de sus ex miembros) estaban del otro lado, del lado del poder. De todas esas experiencias, con motivaciones y gentes diferentes, he sacado una enseñanza muy útil que me incita a tomar partido cada vez que una nueva ocasión de trabajo colectivo se presenta, si es que no soy yo quien la provoca.

 

Después de la disolución del GRAV, ustedes han, totalmente o por lo menos en parte, cesado de interesarse en el arte cinético. Es que eso es debido a razones contingentes o se trata de un cambio que, a la luz de las experiencias realizadas por usted mismo o por otros, se hubiera producido, según su opinión, dadas las posibilidades del movimiento en el arte visual.

 

Cuando un cierto número de investigaciones, desnaturalizadas por ciertos críticos de arte, se vuelven "arte cinético» o "arte lumino-cinético" u "op-art", etc., es natural el perder todo interés por esas designaciones. Como todas las otras clasificaciones estéticas éstas se apoyan sobre las experiencias, dejando de lado el sentido de esas investigaciones, sus orígenes, su implantación dentro del medio artístico, sus correspondencias sociales, sus prolongamientos. Bien que en ciertos casos la apariencia de mis realizaciones (individuales o colectivas) sea diferente de eso que se llama «arte cinético», yo encuentro un lazo muy estrecho en la manera de aprehender un problema, de analizar sus posibilidades, de situar sus variaciones, de sacar las conclusiones y de coordinar la continuación.

 

Qué sentido y qué finalidad se atribuye usted, en la época del GRAV, en la actividad artística. En particular, qué posibilidades y funciones piensa usted que podía tener en el interior del contexto social. Hoy en día, siete años después de la experiencia del GRAV, sus opiniones han cambiado. En qué, principalmente. Y si esto se ha producido, a cuáles razones atribuye usted su cambio.

 

Por una intención de desmitificar el arte, de descomponer su funcionamiento, de teorizar nuestro trabajo, se han planteado un cierto número de problemas. Nuestro punto de partida éramos nosotros mismos tal como éramos, condicionados para hacer cierto arte de una cierta manera dentro de un cierto medio. En esta época nuestras ideas eran rechazadas. Hoy en día éstas son moneda corriente y en la mayor parte de los casos desprovistas de su contenido inicial. Han sido, sin embargo, desarrolladas positivamente, sin necesidad de tomar obligatoriamente un aspecto estético. En ese sentido y sin darnos mucha importancia se puede decir que incluso, dentro de la situación contradictoria en la cual nos debatíamos, el GRAV ha jugado un papel particular, papel bastante desconocido hasta el presente.

Mis opiniones personales del papel del GRAV en el momento de su existencia, sobre su utilidad para proponer, mediante análisis, actitudes, realizaciones y un cierto número de problemas concernientes al artista en la sociedad actual, no han cambiado. Más bien han evolucionado con las nuevas situaciones, con una actitud de lucha en nuestro medio, inexistentes en la época del GRAV, con una visión más política y realista de la situación actual.

 

Cuáles han sido, desde su punto de vista, las relaciones del GRAV con la tradición constructivista y concreta. Cuáles han sido los puntos de contacto, los más sustanciales y esenciales. Y las diferencias más sensibles.

 

Antes de la fundación del GRAV, las corrientes llamadas constructivista y concreta estaban en decadencia. Era la época del reino de lo informal, del arte tachista, de la abstracción, lírica, etc. Estas corrientes estimuladas por la mitificación del medio artístico (críticos, historiadores, marchantes, oficiales del arte, etc.) se habían transformado en un total desencanto, y su proliferación tan exagerada en todo el mundo, que para nosotros las corrientes constructivistas o concretas, con sus investigaciones precisas, nos parecían representar una base, un punto de partida. Personalmente, los puntos de contacto han sido para mí, ya desde 1945 en Buenos Aires, el conocimiento de las actividades y realizaciones del «Grupo Arte-contacto-invención» que reclamaba pertenecer a la corriente del materialismo dialéctico, y que había planteado problemas trabajando con formas geométricas simples y con colores puros. Seguidamente los contactos más útiles han sido para mí los textos de Mondrian, su obra, la obra de Albers, el descubrimiento de las obras en negro y blanco de Vasarely, sus textos y mis contactos personales (aunque esporádicos) con él y con Vantongerloo.

Las divergencias surgieron muy rápido desde que nos pusimos a trabajar seriamente. Criticábamos, de una manera constructiva, a todos los artistas constructivistas por el hecho de no atreverse a llevar más lejos el desprendimiento frente a la obra producida, de estar demasiado ligados a la organización de la superficie basada en composiciones más o menos libres, y que como último recurso, trabajando con formas geométricas, el comportamiento «creador» resultaba ser el mismo que el de los otros artistas que usaban formas irregulares.

 

Cuáles han sido los resultados de sus relaciones con los otros grupos de investigación que trabajaban en el terreno del arte Visual en los años 60, y con los otros artistas operando en la "Nouvelle Tendance".

 

Los resultados han sido positivos, las relaciones amistosas, pero no siempre fáciles. Al nivel de la "Nouvelle Tendance", la experiencia ha sido muy estimulante. Existió un reconocimiento y una afirmación mutuas y bastante fraternal de nuestras existencias y de nuestras búsquedas; tal cosa no se producía con los otros artistas cinéticos de los años 55 (Agam, Tinguely, Soto, Bury, etc.

El paso fue dado para ir más lejos, sobre una base de confrontación permanente y de tomas de decisión democráticas entre los participantes de la N.T.

Los proyectos no faltaron, pero no fuimos más allá de la presentación en Paris en el Museo de Arte Decorativo. Este museo estaba, en esa época (1964), dirigido por el señor Faré que, como hecho excepcional, nos permitió organizar la exposición de la N.T. tal como nosotros lo deseábamos. Entre otras actividades, esta manifestación, bastante completa y representativa de la N.T., llegaba demasiado pronto a un medio artístico demasiado parisino, hostil y retrógrado.

 

Puede usted establecer una comparación, subrayando las afinidades y las divergencias, entre los principios metodológicos de trabajo de grupo, referentes al GRAV, y aquellos de otras personas que trabajaban paralelamente.

 

Las afinidades más grandes, yo creo, existían con el grupo T. de Milán, que estaba compuesto de una manera bastante homogénea y que desarrollaba sus investigaciones a partir de elementos nuevos (agua, aire, etc.), incorporando también el movimiento y la luz.

El grupo N. de Padua, estaba también bastante cerca de nuestras búsquedas, pero más ligado a la parte teórica. El Equipo 57, compuesto de españoles, trabajando anónimamente en Paris, desarrollaba investigaciones a partir de la superficie y el volumen, siguiendo un sistema de organización que los caracterizaba. Las divergencias con ellos provenían de que nosotros dábamos prioridad al aspecto visual de nuestras investigaciones, dejando un poco de lado el sistema conceptual que representaba, de todas maneras, para nosotros, una base de control. El grupo "Zero", no era en realidad un grupo de trabajo, el número de sus componentes variaba de exposición en exposición, y en su conjunto, representaban más bien un estado de espíritu que los unía que una investigación compar­tida.

 

Quiere usted agregar algo más que pueda ser útil, con ocasión de esta primera exposición retrospectiva del GRAV.

 

Yo he estado de acuerdo con su realización, después de su disolución, de esta primera exposición "histórica» del GRAV, bajo la condición de que los organizadores obtuviesen la unanimidad de sus ex miembros. Ya que el GRAV no existe ya, ciertos de sus ex miembros no pueden hacer exponer a la fuerza a aquellos que no lo desean, con el pretexto de una exposición histórica del GRAV, y menos todavía, exponer sus obras y pretender representar al GRAV en su totalidad. No importa quién, incluso por un mínimo grado de honestidad, puede comprenderlo. En la época del GRAV, con el sistema de mayoría simple, cada miembro pesaba sobre las decisiones, y si no estaba de acuerdo con la mayoría, cada uno podía abstenerse o desarrollar su idea a título individual o dimitir. Actualmente lo que está claro es que ninguno de los ex miembros puede dimitir de forma retrospectiva. Cada uno de nosotros puede dar su propia visión del GRAV, pero sin pretender que sea la única y verdadera. Es por esta razón que yo insisto para que, en esta ocasión, el libro por el GRAV sobre el GRAV en 1968, sea la base de la presente publicación. Por lo mismo yo he estado de acuerdo porque a través de este cuestionario cada uno de nosotros puede dar, ahora, siete años después de su disolución, algunas observaciones personales sobre el GRAV y sus problemas.

Solo lamento que, con ocasión de esta exposición, no haya sido posible -por causa de ciertas oposiciones? reconstruir una de las experiencias colectivas del GRAV, y que nos hayamos contentado con presentar una suma de investigaciones individuales.

 

 

ATELIER LE PARC - 2014